En el contexto de la gestión de proyectos, riesgos y oportunidades son aspectos cruciales que implican la posibilidad de eventos no planificados que pueden afectar el resultado del proyecto. Los riesgos pueden ser tanto internos como externos, y generalmente son eventos o condiciones inciertas que, si ocurren, tienen un efecto negativo en los objetivos del proyecto. Por otro lado, las oportunidades son eventos o condiciones inciertas que, si ocurren, tienen un efecto positivo en los objetivos del proyecto.
Los riesgos son esencialmente factores inciertos que pueden causar problemas en la ejecución y conclusión exitosa de un proyecto. Estos podrían estar relacionados con muchos aspectos como, por ejemplo, cambios en el mercado, eventos imprevistos, fluctuaciones de costos, cambios de personal, entre otros. La identificación, evaluación, y la gestión de los riesgos son esenciales en la planificación de un proyecto. Aquí, los gestores de proyecto y los equipos de trabajo están continuamente trabajando con el objetivo de minimizar el impacto de los riesgos identificados a través de una variedad de técnicas y estrategias.
Las oportunidades en los proyectos, por otro lado, son aspectos positivos e inciertos que puedan llegar a surgir a lo largo del desarrollo del proyecto. Estas pueden ser cualquier evento o condición que pueda ser aprovechada de manera beneficiosa para el proyecto, incluso si no se planeó originalmente. Las oportunidades pueden también ser identificadas y gestionadas de manera similar a los riesgos; sin embargo, el objetivo aquí es maximizar su impacto positivo sobre el proyecto. Por consiguiente, estas deberían ser activamente buscadas y explotadas para obtener los mejores resultados posibles en el proyecto.