La Metodología Waterfall, también conocida como modelo de cascada, es un enfoque lineal para la gestión de proyectos en el cual las etapas de un proyecto siguen a la otra de forma secuencial. Este modelo se asemeja a una cascada, de ahí su nombre, ya que no se puede avanzar a la siguiente etapa hasta que se haya completado la predecesora. Fue el primer modelo de desarrollo de software en ser inventado, siendo su enfoque claro y directo un aspecto muy atractivo para varios proyectos de software.
En la Metodología Waterfall, cada fase del proceso de desarrollo de proyectos debe ser completada antes de pasar a la siguiente fase. No hay overlapping en las fases. Las fases típicas de este proceso incluyen: la recopilación y documentación de requerimientos, diseño, implementación, verificación y mantenimiento. La Metodología Waterfall es menos flexible que otras metodologías como Agile, ya que cualquier cambio o error detectado en una etapa anterior requiere un rediseño total de las etapas siguientes.
La Metodología Waterfall es ideal para proyectos con objetivos y requisitos definidos y establecidos. La simplicidad de su estructura de fases secuenciales facilita su uso y comprensión, especialmente para equipos nuevos. Sin embargo, su falta de flexibilidad puede ser una desventaja en proyectos con incertidumbre elevada o que requieran adaptabilidad y rapidez en los ajustes. Es ampliamente utilizada en proyectos de construcción e industria manufacturera.