La Gestión de Proyectos Tradicional es un enfoque de la administración de proyectos que implican una secuencia lineal de etapas establecidas de inicio a fin. La estructura de este enfoque es gradual y sistemática, por lo que cada fase debe completarse antes de pasar a la siguiente. Esta metodología generalmente se utiliza cuando se tienen bien definidos los requerimientos y el alcance, y cuando el entregable es claro y estable.
La Gestión de Proyectos Tradicional se distingue por un énfasis marcado en la planificación, la revisión y la mejora constante. Se basa en tres pilares fundamentales: tiempo, costo y alcance, conocidos también como la Tríada de Hierro. La premisa es mantener estos factores bajo control y en equilibrio, tomando decisiones estratégicas a lo largo del proyecto para minimizar los riesgos y asegurar la entrega de resultados de calidad.
En el ámbito empresarial, la Gestión de Proyectos Tradicional juega un papel crítico en el logro de los objetivos organizacionales. Este enfoque permite supervisar detalladamente cada etapa del proyecto, identificar oportunamente potenciales problemas y corregir el rumbo si es necesario. También facilita la asignación y optimización de recursos, y contribuye a la alineación efectiva del esfuerzo del equipo con la estrategia y los objetivos de la empresa.